La pasión destructiva Puigdemont no podía derivar en nada bueno. Por eso ha tenido como fruto extravagante la elección de Joaquim Torra. Y ambos supremacistas han aparecido juntos en Berlín.... Tenía que ser en Berlín. Después de meses de destrozo absoluto de la imagen exterior de España, y después de meses en los que el gobierno de Rajoy se ha rendido ante la propaganda independentista en el exterior, a Puigdemont se le ha ido la mano.
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